Era la que nadie adoptaba. Ella la eligió y descubrió la increíble razón por la que debían estar juntas
“¿Cuántas veces te dije que no?”, le repetía enojada cada vez que él sacaba el tema de conversación. Aunque ella se irritaba y daba por terminada la charla, él no perdía la esperanza de que alguna vez Vanessa se abriera a la posibilidad de adoptar un perro que la acompañara en el momento que estaba transitando.